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jueves, 31 de marzo de 2016

Playas de Cataluña: Cala Sa Boadella (Lloret de Mar, Girona)

Cala Sa Boadella, Lloret de Mar (Girona, Cataluña)

Una de las pequeñas decepciones de este viaje fue la Costa Brava. Uno de los tramos de costa que más ganas tenía de conocer y que al final resultó ser un poco bluff.

Y no tanto por la belleza de la costa, que la tiene y mucha, sino por la desidia con la que se explota, un poco como si una vez alcanzada la fama lo demás importase menos.

Tomemos por ejemplo Lloret de Mar, municipio turístico archiconocido en el que me vi obligado, a pesar de mis esfuerzos, en pernoctar. Se trata de un antiguo pueblo de pescadores horriblemente desfigurado por toda esa arquitectura tan hortera que se suele construir en las zonas turísticas.

Se había construido mucho y mal antes de la burbuja  y se construyó más y peor durante y después de la misma.

Cala Sa Boadella, Lloret de Mar (Girona, Cataluña)

Al menos la pensión en la que dormí estaba situada en el núcleo más antiguo de la población y sus calles, a pesar de toda la parafernalia hiperturística (restaurantes cutres, tiendas de souvenirs en vena y demás engendros asociados), permitían imaginar lo que un día pudo ser el pueblo.

De lo poco rescatable de Lloret de Mar es la Cala de Sa Boadella que, milagrosamente, no alberga un hotel con spa, y hasta te permite, si no te fijas demasiado, olvidar que estás en una playa urbana y no en la playa virgen que te venden.

Para llegar tienes que dejar el coche aparcado arriba, en una urbanización un poco menos espantosa que la media local, y luego bajar por una pista de tierra hasta llegar a la arena.

La playa está partida en dos por una roca que sirve de frontera entre la parte de uso convencional y la de uso nudista de la playa, y tiene un acantilado calizo coronado por un pinar desde el que hay las mejores vistas de la zona. Bastante recomendables las vistas desde aquí arriba, aunque no aptas para personas que sufran de vértigo si se acercan demasiado al borde debido a la caída vertical.

Cala Sa Boadella, Lloret de Mar (Girona, Cataluña)

Si pasas por Lloret de Mar merece mucho la pena acercarse hasta aquí. El color de esos acantilados, rojizos, combinados con el color de la arena y contrastando con el verde de los pinares le dan un aspecto ciertamente hermoso. Ignoro si es fácil o difícil aparcar porque las dos veces que fui, al anochecer y al amanecer, no había mucha gente y además amenazaba lluvia, lo que hacía que incluso a aquella hora tan temprana la gente estuviese recogiendo.

La playa en sí cuenta con todos los servicios, lo que le ha permitido obtener una bandera azul, incluyendo un chiringuito que se adivina como un cuerpo extraño en ese entorno debido a su tamaño. Lo típico en el Mediterráneo, por desgracia.

¿Cómo llegar a Lloret de Mar?
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viernes, 25 de marzo de 2016

Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)

Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)

Uno de los grandes símbolos de Cataluña es el Monasterio de Montserrat, en la comarca barcelonesa del Bagès, y en las cumbres del macizo que lleva su nombre.

Resulta sencillo imaginar las razones que llevaron a los primeros religiosos a estas tierras, aisladas del resto del mundo y en plena naturaleza, elevados en las alturas para estar más cerca de Dios y relativamente protegidos de los tumultos que eran más frecuentes en las tierras bajas.

No sorprende, por tanto, que el germen del actual monasterio no fuese el primero de los santuarios de la montaña, ni sorprende que no sea el único monasterio en la actualidad.

Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)

Montserrat me produce sentimientos encontrados, un poco como me pasa con Fátima. Por un lado tenemos un entorno absolutamente grandioso, casi divino, y por otra parte el acostumbrado y mundano afán recaudatorio: si subes en coche la única forma de aparcar, el único lugar permitido es el carísimo parking del Monasterio, que cuesta algo así como seis eurazos y pico. Así que si vas a estar un rato y vas solo es un auténtico atraco y si vas a estar todo el día (y merece la pena ir todo el día y explorar la montaña y los miradores), pues es un precio bastante más razonable.

Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)
Otras formas de subir, más caras y pintorescas, son utilizar los ferrocarriles y funiculares. No sé si merecen la pena, pero estoy por opinar que sí. Las vistas desde arriba son un espectáculo y tiene que ser una auténtica pasada a medida que subes en esos medios de transporte. Del bus no os puedo decir nada, ni si tarda, ni si hay frecuencias, pero la carretera desde Monistrol me encantó. Paré en varios miradores y aunque no tengo una sóla foto que me convenza (cosas de la calima y la hora) me pareció una de las carreteras más bonitas por las que he conducido.

Os aviso de que el edificio está rodeado de una increíble parafernalia de tiendas, restaurantes y demás negocios tratando de explotar al máximo la afluencia de visitantes a precios nada divinos. Parece mentira que en un sitio tan pequeño se puedan meter tantas cosas. Uno se pregunta por la opinión que puede tener alguno de los religiosos que allí viven tras haber hecho un riguroso voto de pobreza estando rodeados de tanto mercader.
Monasterio de Montserrat (Barcelona, España)

¿Merece la pena visitar Montserrat? Absolutamente sí. Y con mucho tiempo además. Pero posiblemente lo que menos merezca la pena es lo que más visita la gente.

Porque Montserrat, además del Monasterio y todo lo que lo rodea, tiene muchas rutas para perderse por esos picos, para admirar esas vistas y encontrar lugares absolutamente mágicos. Cierto es que puedes coger un ascensor más para llegar bastante arriba pero ¿qué gracia tendría?

¿Cómo llegar a Montserrat?

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sábado, 12 de marzo de 2016

Castillo de Cardona (Barcelona, Cataluña)

Parador de Turismo de Cardona (Barcelona, España)


Una de las penas de mi viaje por Cataluña fue no conseguir una foto en condiciones de un lugar tan impresionante. Muchas de las panorámicas salieron bastante reguleras y en algún sitio desde el que podía haber hecho una buena foto no pude parar. Cosas que pasan.

Al lío. El Castillo de Cardona, en plena comarca del Bagès, se supone construido por Wifredo, el Velloso, el fundador de la Casa de Barcelona y primer conde que pudo legar sus dominios a sus descendientes tras haber sido el último designado por los reyes francos.

Esta fundación formaba parte de los esfuerzos de Wifredo por repoblar un área en la Cataluña central que en aquellos momentos estaba casi despoblada pero había empezado a recibir un importante flujo migratorio desde las montañas.

Como sea el castillo, que empezó como una fortaleza fronteriza, fue ganando peso e influencia hasta que en el siglo XV, cuando la Corona de Aragón encaraba su recta final, los Duques de Cardona eran la segunda familia más poderosa tras los propios reyes. Aún hoy es la fortaleza medieval más importante de Cataluña y para mi visita obligada. Por eso me duele tanto lo de las fotos.

Parador de Turismo de Cardona (Barcelona, España)

El castillo sufrió asedio y gran ruina durante la Guerra de Sucesión, hasta que fue tomado por las tropas que apoyaban a Felipe V. De hecho, si vais a la Wikipedia podéis ver que la planta del castillo no es exactamente medieval, si no que se parece a un fuerte de la Edad Moderna, con todas esas aristas que se hicieron para que fuese más resistente a ataques con artillería.

El último episodio en la vida del edificio parte de 1976, en que se convierte en Parador Nacional de Turismo, lo que asegura su conservación y futuro.


¿Cómo llegar a Cardona?
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miércoles, 2 de marzo de 2016

Mura, Barcelona

Mura, Barcelona

Cuando hablamos de Cataluña la gente suele pensar en Barcelona, en Montserrat, en la Costa Brava o en los Pirineos, pero fuera de estas zonas hay lugares con muchísimo encanto que merece la pena visitar con calma, aunque las comunicaciones no siempre son las mejores.

Es el caso de Mura, cercana a Terrassa, Manresa y también Montserrat y que si no es por las tan socorridas listas de "pueblos más bonitos de Cataluña" no hubiese conocido.

Llegar a Mura es un poco un ejercicio de paciencia si no se tiene práctica conduciendo por pistas de montaña, debido a la estrechez de la calzada, la existencia de algunas curvas con una visibilidad reducida o incluso un giro en Rocafort tras el cual no sabes si te has metido por una pista agrícola.

Mura, Barcelona

Pero merece la pena. Mura es un pueblo que ha conocido más de mil años de historia, que es de cuando se tienen los primeros registros de la existencia de su iglesia, Sant Martí, sucesivamente ampliada hasta su forma actual.

Dada su situación geográfica Mura ha vivido tradicionalmente del campo y ha tenido que reinventarse varias veces cuando su medio principal de sustento ha desaparecido, como pasó con la plaga de filoxera que destruyó el viñedo, la obtención de carbón vegetal, o el cierre de la fábrica textil que sustituyó al viñedo. Actualmente el motor de su economía es el turismo que acude hasta aquí tanto para disfrutar de su entorno, el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, como de la gastronomía que ofrecen sus varios restaurantes.

Mura, Barcelona

El núcleo de Mura está primorosamente conservado y es un placer pasear por sus calles y ver cómo han adaptado su urbanismo al entorno, situado en la ladera de una montaña, con las calles ingeniándoselas para evitar en la medida de lo posible comunicar a los vecinos sin tener que enfrentarse a grandes pendientes.

Ir fuera de temporada, en un día donde no hay nadie, es lo mejor ya que tienes el pueblo para ti mismo: aunque en Mura hay muchas casas sólo tiene algo más de 200 habitantes permanentes y un buen número de edificios son segundas residencias, en muchos casos de gente que tuvo que emigrar tras el cierre de la fábrica.

Si vais a visitar Mura y a pesar de lo complicado del entorno es fácil aparcar a la entrada del pueblo. Al lado de la oficina de turismo hay un aparcamiento, y algunos de los restaurantes también reservan un terrenito para sus clientes.

¿Cómo llegar a Mura?
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